Lic. en Administración de Empresas
Nacido en el Distrito Federal, es Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene estudios (no concluidos) de Maestría en Sociología, en la misma institución. Ha realizado estudios de especialización en Transparencia y Acceso a la Información Pública, Ecología y Desarrollo Sustentable y en materia de Relaciones Exteriores. Es autor de los libros “Concierto ambiental en el Congreso de la Unión, Memorias del Proceso Legislativo 1994 -2000 en Materia Ambiental”(Semarnap, 2000) y “Petróleo Áreas Naturales y Gestión Ambiental, Laguna de Términos, un estudio de caso”(Semarnap- Pnud, 1997); igualmente es autor de los ensayos titulados “Evaluando la transparencia: retos para un sistema integral de evaluación en transparencia pública”(Infodf, 2006) “Transparencia y acceso a la información de los Partidos Políticos”(Infodf, 2007) y «Máxima publicidad y la reserva de información como excepción» publicado en el libro que coordinó junto con el Dr. Miguel Carbonel, titulado “Hacia una democracia de contenidos: la reforma constitucional en materia de transparencia”(Infodf, Ifai, Unam, 2007).
En su experiencia laboral ha ocupado diversos cargos en la administración pública siendo los más recientes: Director General de Enlace con el Poder Legislativo en la Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturrales y Pesca (1997-2000); Director de Enlace Federal en la Secretaría de Relaciones Exteriores (2001-2002); Asesor de la Dirección de la Capacitación y formación profesional en el Instituto Federal Electoral (2002-2004); Secretario Técnico del Consejo de Información Pública del D.F (2004-2006); y actualmente y desde el 30 de marzo de 2006 se desempeña como Comisionado Ciudadano en el Instituto de Acceso a la Información Pública del D.F..
Los temas de Jorge
Los retos de la transparencia focalizada en la Ciudad de México *26/11/2009
por IETD on 2009/12/14 2:47 PM
Hoy vivimos en el país y por tanto en esta ciudad capital, un contexto dominado por una drástica contracción de la economía, con sus consecuentes efectos en los niveles de ingreso de la población, en el empleo, en la seguridad pública, en la insuficiencia presupuestal para atender obras y programas prioritarios, aunado a una crisis de credibilidad en las instituciones políticas y de la percepción de que problemas como corrupción en prácticas gubernamentales y opacidad presupuestal son persistentes. Esta situación ha sido recientemente documentada en estudios de percepción dados a conocer por Transparencia Internacional, por el Centro de Análisis e Investigación Fundar y por el Instituto Mexicano para la Competitividad, en donde se puede advertir cómo en un contexto de crisis se refuerza la percepción de que la corrupción en el sector público sigue siendo un problema no superado, (el Índice de Percepción de la Corrupción publicado el 17 de noviembre, indica como México obtuvo 3.3 puntos con lo que cayó 17 lugares y se situó en el puesto 89 de 180) y cómo en materia de presupuesto en el Índice Latinoamericano de Transparencia Presupuestaria, elaborado por FUNDAR, en este punto, México disminuye su calificación en este año con respecto a 2007 (de 50 a 48 puntos) y obtuvo la calificación más baja desde que se levantó por primera vez el estudio en 2001. Además, de los datos que arroja el estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, que revelan una disminución en la transparencia presupuestal del Gobierno del Distrito Federal de 61.9% en el 2008 al 46.5 % en el 2009 ubicándose en el lugar 22 del índice de información presupuestal. Todos ellos datos que contribuyen, en suma, a un clima de pérdida de confianza y de credibilidad.
Adicionalmente, para 2010, la Cámara de Diputados retiró del Presupuesto de Egresos de la Federación, las medidas de mayor control sobre las participaciones federales que se transfieren a los estados; asimismo, se eliminó la propuesta del ejecutivo que obligaba a reintegrar los recursos otorgados a entidades federativas que no fueran destinados a los fines autorizados; situación que de seguir prosperando nos conducirá a una mayor opacidad en el ejercicio y transparencia de estos recursos.
Estos resultados deben ocupar toda nuestra atención, pues hablan de un retroceso en transparencia y de un desencanto de la sociedad con la actuación de sus gobiernos (con todas las variantes que puedan considerarse en el amplio mosaico de expresiones políticas que existen en el país) y en particular con las modalidades y prácticas de rendición de cuentas.
Crisis económica y crisis de credibilidad. Un contexto como este debe ser considerado como un serio llamado de atención a todos los que trabajamos por la transparencia y una efectiva rendición de cuentas.
Es un momento propicio para llamar a reforzar el consenso a nivel nacional y en la Ciudad de México, sobre la necesidad de fortalecer la transparencia de las instituciones gubernamentales y de los partidos políticos, así como de mejorar el sistema de rendición de cuentas.
La ausencia de estos factores es la mejor receta para detonar el conflicto político y profundizar la crisis económica y la desconfianza entre los sectores económicos y sociales.
No podemos apostar a ser un mejor país o un país democrático sin transparencia y sin una adecuada rendición de cuentas. Pero más aun, no podemos aspirar a ello con una sociedad alejada de sus gobernantes por falta de credibilidad y confianza.
Una sociedad sin credibilidad en sus gobernantes se convierte en el principal obstáculo para la gobernanza, pero también, vacía de significado cualquier ejercicio de transparencia y rendición de cuentas. Por ello, es necesario asumir la responsabilidad que tenemos en recuperar la confianza de la gente, proveyéndola de instrumentos eficaces para vigilar la actuación de sus gobernantes, el uso de los recursos y el cumplimiento de los programas. Son sin duda tiempos difíciles para el país. En ese contexto y ligados a ello, hay corrientes que pretenden disminuir las capacidades de los órganos de control y fiscalización de las instituciones públicas y en ello va el propósito de desplazar de la agenda de prioridades el tema de transparencia y de disminuir la presencia y capacidades de los órganos garantes de las leyes de transparencia. No hay propósito más equivocado que ese. Hoy es indispensable reforzar todos los mecanismos de control y de fiscalización, particularmente aquellos que se han dispuesto para que la población ejerza esa tarea como son los mecanismos de acceso a la información y de garantía en el ejercicio de ese derecho. Debilitar a los órganos garantes es debilitar a la sociedad en su derecho a saber y a pedir cuentas a sus gobernantes.
Por su parte, sin duda, los órganos garantes de transparencia estamos exigidos a jugar un papel más protagónico, a convertirnos en conductores efectivos de una mejor comunicación entre el estado y la sociedad a partir de garantizar el DAI (Derecho de Acceso a la Información), pero también a partir de garantizar la generación y ofrecimiento de información verídica, entendible, oportuna y útil.
Y aquí es en donde vale la pena preguntarnos si lo que hemos hecho por transparentar a las instancias gubernamentales, ha sido suficiente para enfrentar estos procesos de crisis que estamos viviendo, o si es necesario hacer ajustes, como está sucediendo en todos los ámbitos, para ampliar la mira de la transparencia y sus beneficios para la sociedad.
En el Distrito Federal, se han dado importantes avances en materia de transparencia. Se cuenta ya con una normatividad de avanzada, tanto en materia de Acceso a la información, como de Protección de Datos personales y de Archivo. Se tiene una construcción institucional robusta que implica contar con Oficinas de Información Pública y Comités de Transparencia en 148 sujetos obligados de la Ley. Y se cuenta con un paquete de herramientas, único en el mundo en su modalidad integral, para facilitarle a la gente el acceso a la información y la defensa de sus derechos y que involucra la atención presencial, la atención por Internet a través del sistema Infomex II, la atención a través del Centro de Atención Telefónica (Tel-INFODF) para recibir solicitudes y dar asesoría y ahora la atención a través de mensajes en telefonía celular.
Contamos con la herramienta más robusta, consistente en más de mil criterios, para evaluar la calidad de la información que por ley deben de ofrecer todas las instancias gubernamentales y partidos políticos en sus portales de Internet.
Pero con todo ello, nosotros advertimos que eso no es suficiente; que no es suficiente para enfrentar la situación actual, ni para decir que la transparencia en el DF es un hecho consumado. Estamos convencidos de que es necesario profundizar y ampliar los beneficios de la transparencia a la sociedad y en involucrar a ésta en la construcción de una nueva generación de transparencia en el Distrito Federal que se distinga por servirle a la gente, proporcionándole información pensando en la gente, conocimiento veraz y oportuno sobre lo que se está haciendo en materia presupuestal y en todos los campos de actuación del gobierno y partidos políticos. Y por otro lado, que se distinga por ampliar e instituir áreas de diálogo con la sociedad organizada para contribuir en la construcción de nuevos espacios de transparencia y rendición de cuentas.
Es así como identificamos a la Transparencia Focalizada o Transparencia Proactiva como una respuesta, entre otras, que se pueden dar a la pregunta de ¿cómo podemos ampliar los beneficios de las políticas de transparencia para la gente?.
Hoy existe una gran cantidad de información en los sitios de internet gubernamentales. En un volumen considerable, es información que aparece escrita y dispuesta para efectos o en función de rendición de informes a la misma burocracia, y muchas veces dispuesta en lugares en donde solo las agencias especializadas la van a buscar y a revisar, como sería el caso de las obligaciones de transparencia que en el mejor de los casos, son observadas por los órganos garantes y en ocasiones por organizaciones de la sociedad civil que se encargan de revisarles la tarea básica de transparencia a las instancias gubernamentales. Pero la mayoría de la información no está expuesta y dispuesta pensando en las necesidades informativas de la gente, sino de la burocracia, de tal suerte que ello provoca que las personas pierdan interés en la información que se les ofrece y en el mejor de los casos que opten por su búsqueda a través de solicitudes de información.
La situación actual y una sociedad más exigente que está evolucionando a mayores niveles de participación y de exigibilidad en materia de acceso, demanda que esa apertura general a la información se dirija a dar respuesta anticipada a temas tan sensibles como el curso de las obras públicas, la trasparencia presupuestal, la oferta oportuna y clara de los programas sociales, los dilemas que enfrenta la Ciudad en temas de seguridad pública o de medio ambiente, entre otros temas que se han puesto sobre la mesa ya sea por la duda en su transparencia o por la falta de oportunidad en la información.
Esto demanda por parte de la autoridad: en primer lugar, que asuma su responsabilidad en la gestión de la crisis de credibilidad; segundo desplegar un esfuerzo más allá de lo que hasta ahora ha realizado; y tercero, ir más allá de lo que la Ley le demanda. Es hora de conectar el diseño y contenido de la información con el interés de la gente. A eso es a lo que debe responder la focalización de la transparencia o la transparencia proactiva.
Debemos hacernos cargo de que a la gente ya no le basta con ver y acceder a información, se trata ahora de una sociedad que demanda que la transparencia le permita saber, le permita entender. Así es como el acceso a la información general debe enriquecerse con información enfocada a temas de alto interés para la población; particularmente para la población hacia la que está orientada la política pública, para que tanto el quehacer gubernamental como sectores sociales específicos, puedan mejorar y beneficiarse de la transparencia.
Esto nos ha llevado a revisar qué estamos haciendo para lograr los objetivos de ésta política pública, cómo lo estamos haciendo y cómo podemos mejorarlo.
Estamos hablando de generar espacios de información que tengan la característica de ser información relevante para la gente, dispuesta en un formato comprensible, sencillo y de fácil acceso, con un lenguaje ciudadano que obedezca a la misión prioritaria del ente y a las demandas de información de la población; estamos por tanto hablando de ciudadanizar la información.
La transparencia Focalizada en el Distrito Federal.
El reto en la capital del país es grande; tenemos por una lado una sociedad compleja sectorizada y con intereses múltiples y heterogénea en nivel educativo; un sector público interesado en transparentar en apoyar a la sociedad, pero con cargas fuertes de trabajo y con constante rotación de personal que impide la especialización de las personas que ocupan las OIP; y finalmente una legislación que si bien no prohíbe, tampoco obliga a la autoridad a procesar información, incluyendo en esto el “ciudadanizar la información”. Estos factores implican invertir un trabajo considerable, pero sobre todo reforzar una visible voluntad política de por transparentar y trabajar en conjunto para mejorar la calidad de vida de las personas. Implica también proponerles a los legisladores reformas a la Ley de transparencia y acceso a la Información Pública para que incorpore la obligación de generar nuevos espacios de información útil pensando en la gente a la que pretenden atender las políticas públicas.
En el DF la construcción de estas alternativas en búsqueda de ampliar los beneficios de la transparencia, se han empezado a generar como parte del trabajo de la Mesa de Diálogo que entre sociedad organizada y entes públicos hemos instalado y que empiezan a arrojar sus primeros frutos.
El martes 24 de noviembre se presentó ante los medios de comunicación, miembros de organizaciones sociales y autoridades gubernamentales, el primer portal de transparencia focalizada en el DF, denominado “Transparencia DF, Medio Ambiente” al cual se puede accesar a través de la dirección electrónica www.transparenciamedioambiente.df.gob.mx. Este portal es producto de un excelente esfuerzo compartido de las organizaciones sociales que forman parte del Colectivo por la Transparencia y autoridades gubernamentales del ramo (Secretaría del Medio Ambiente, Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial, Sistema de Aguas de la Ciudad de México y Secretaría de Obras y Servicios), con un fuerte apoyo de la Coordinación General de de Modernización Administrativa del GDF, quienes establecieron compromisos que cumplieron con éxito para brindar a la gente un espacio informativo en donde podrá encontrar información que se ha seleccionado y redactado pensando en ella. Pensando en sus necesidades y con el objetivo de que la población se encuentre mejor informada y se genere también conciencia respecto a los problemas que enfrenta la capital del país en esa materia; es decir un portal social con información ambiental
El portal de transparencia ambiental, es un portal con mecanismos para diversificar los medios de transmisión de la información, contiene información que puede generar beneficios sociales específicos y que se anticipa al interés de la sociedad. Espacios para establecer comunicación directa con las autoridades, a fin de que el usuario del portal obtenga respuestas a información de eventos relevantes en marcha o por venir, permitiendo tomar decisiones oportunas a las par. De igual forma, se facilita la comprensión de trámites de alta recurrencia, así como de información de utilidad inmediata y relevante para la población general al utilizar un lenguaje ciudadano y no técnico.
A través del portal, se responde a cuatro preguntas fundamentales: ¿de qué se trata?, ¿cómo me afecta?, ¿qué puedo hacer? y ¿a quién puedo acudir?, respecto de siete ejes del tema medio ambiental; estos ejes son: agua, aire, cambio climático, habitabilidad, movilidad, residuos sólidos y suelo de conservación. Además contiene vínculos a facebook, a grupos de discusión y un diseño amigable, sencillo, con colores y tipografías que permitan a los usuarios identificar rápidamente la información que necesitan.
Una vez concluida la fase de diseño y publicación del portal, fue entregado a un Comité Administrador del portal, integrado por representantes de los entes públicos, de la sociedad civil y un asesor técnico, para su administración y actualización constante. Las organizaciones sociales fungirán como coadyuvantes aportando información útil y proponiendo mejoras continuas en la información; siendo esto, uno de los mayores beneficios de esta nueva política pública, pues es la sociedad y no las autoridades, quien determina y exige de forma directa a través del portal la información que requiere, permitiendo recuperar poco a poco la confianza en las instituciones de gobierno.
En este proceso que hemos emprendido en el Distrito Federal hay que destacar dos bondades, la primera es que en nuestro caso no sólo son especialistas o las autoridades quienes determinan que información es importante y que información debe ser dada a conocer, sino que se trata de una retroalimentación constante con la sociedad civil, quienes han puesto la pauta a seguir sobre la información que es necesario publicar. La segunda, es que si bien estamos haciendo uso de las bondades del web 2.0, somos consientes de que no toda la población tiene acceso o sabe usar estas tecnologías, por ello a largo plazo se prevé la posibilidad de hacer llegar estos temas focalizados por otros medios como folletos, carteles, etc.
Este portal de Transparencia Focalizada es una expresión de lo que podemos estar haciendo por ampliar los beneficios de la transparencia a la sociedad. Estamos, llamando a aumentar la calidad de la transparencia con el concurso de la sociedad para estar a la altura de las circunstancias.
Realizamos este llamado no solo desde la perspectiva de los ciudadanos necesitados de información veraz y oportuna para tomar decisiones acertadas y para prevenir los abusos de poder, sino también desde la perspectiva del poder mismo, que se beneficia de la transparencia porque aumenta su legitimidad, su credibilidad y conexión con la gente, al mismo tiempo que le permite ejercer un control sobre los actos de miles de servidores públicos para poder detectar y corregir sus errores.
Debemos evitar que la transparencia se estanque y se perciba como ese obstáculo engorroso con el cual los gobiernos democráticos deben lidiar; la transparencia hoy más que nunca debe ser asumida como un elemento de fortaleza en el arreglo interno de la administración y sobre todo un elemento que genere confianza y credibilidad entre la población.
Es fundamental comprender que la transparencia es un principio tan útil como la eficiencia, la eficacia, la calidad para cualquier administración, pero no ha sido asumida de una manera natural en las prácticas típicas de las burocracias caracterizadas por una visión patrimonialista de la información, que olvidan su papel de representantes de la sociedad disminuyendo su “poder” al disminuir el “poder” de la gente al ocultar la información.
Transparencia no es pues un mecanismo o una tarea adicional, una moda política; no debe ser un instrumento extraño al cuerpo administrativo, ni la solución mágica a todos los problemas. La transparencia es el resultado de una forma de gobernar y de construir un Estado democrático.
Los procesos internos de la gestión pública deben estar expuestos con claridad a la mirada y escrutinio de la sociedad, pues ésta, es la única vía para recuperar la credibilidad y la viabilidad de la gobernanza.
Ponencia presentada en la Ciudad de México, en el marco del 3er Seminario Internacional “Hacia una Nueva Generación de la Transparencia”.