Raúl Trejo Delarbre
La Crónica
07/12/2020
La Feria del Libro de Guadalajara venció al antiintelectualismo, funcionó a pesar de la pandemia, sus eventos tuvieron más audiencia que nunca y allí se ratificaron las ventajas de la pluralidad y la fuerza de las ideas.
Célebre por la concurrencia multitudinaria que tiene cuando se realiza en la Expo Guadalajara, la FIL estaba amenazada por la pandemia pero también por la intolerancia del poder político. La decisión de hacerla en línea, con una meticulosa organización que incluyó sesiones en directo junto con la grabación y el subtitulaje de otras más, fue forzada por la expansión del coronavirus.
Hace varios meses, cuando los organizadores de la Feria mantenían la esperanza de tener eventos presenciales con todo y stands colmados de libros y lectores como ha sucedido desde hace 34 años, algunas editoriales advirtieron que la epidemia haría imposible su presencia. El sentido común prevaleció para que ese evento, que organiza la Universidad de Guadalajara, se realizara en plataformas digitales. Incluso la compra de libros, que es uno de los atractivos de la Feria, se pudo hacer en línea.
Además de la pandemia, en contra de la FIL ha estado el presidente López Obrador que a mediados de noviembre reprochó la presencia, en ese evento, de intelectuales que tienen posiciones críticas sobre su gobierno. “Fíjense, la Feria del Libro de Guadalajara, las últimas, dedicadas en contra de nosotros, pero no sólo eso, porque traen a Vargas Llosa, ahí Aguilar Camín y todos ellos, Krauze” dijo López Obrador, con frases entrecortadas pero evidente animosidad.
Unas semanas antes, el 16 de octubre, la Feria recibió el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2020. En la entrega del premio, encabezada por los reyes de España, el presidente de la FIL, Raúl Padilla, razonó la necesidad de reivindicar la cultura escrita: “Los libros, y en general la letra impresa, se alimentan de la libertad y, a la vez, la amplían. La modernidad política apareció con la libertad de imprenta, con el derecho a escribir y publicar sin restricciones. Defendamos este valor fundamental, con más razón frente a los gobiernos populistas que hoy amenazan nuestra herencia liberal y ponen en riesgo la democracia”.
López Obrador reaccionó un mes más tarde de esta manera: “Me llamó muchísimo la atención un renglón: ‘Debemos de defender al libro del populismo’. Pero es la decadencia, pero no solo de México, de las universidades, de la intelectualidad, de los que otorgan estos premios”. El presidente no entendió que el Premio Princesa de Asturias es discernido por una fundación privada ligada a la casa real española. Es claro que no le gusta que en la FIL haya críticas a su gobierno. Además, en cuanto oye hablar del tema se pone el saco populista.
La misma Feria aclaró en un comunicado que, durante años, en ella han participado analistas y personajes públicos de muy variadas simpatías políticas, entre ellos docenas de simpatizantes y actuales funcionarios del gobierno. En sus conferencias, paneles y presentaciones de libros se discuten las más variadas ideas. No hay un sólo gobierno, desde hace seis sexenios, del que no se hayan formulado apreciaciones críticas en la Feria. Pero ningún presidente, en todo ese tiempo, mostró el desdén y el desconocimiento que ahora manifestó López Obrador sobre la FIL.
La Feria, este 2020, derrotó al enclaustramiento y al antiintelectualismo.
Cada año a la FIL asisten centenares de miles de personas, sobre todo jóvenes de Jalisco que colman los pasillos, se acercan a los libros, se asoman a las presentaciones, conocen autores y, así, están en contacto con la cultura impresa. En 2019, durante los nueve días de feria, acudieron 840 mil personas.
Esa concurrencia ha sido la pérdida más sensible debido a la pandemia. Pero las actividades académicas y las presentaciones, aunque en menor número que durante las ferias presenciales, se han podido realizar en sesiones de YouTube y Facebook.
Las mesas redondas en la Expo Guadalajara eran presenciadas por quizá 300 o 400 asistentes cuando se realizaban en los salones más grandes, y en las presentaciones de libros cabían alrededor de 80 personas. En esta ocasión, gracias al uso de plataformas digitales a las que además nos podemos asomar en cualquier hora, las audiencias de algunos eventos habrán sido de varios miles.
Hasta el día de ayer la sesión más taquillera de esta FIL ha sido el diálogo que tuvieron el estadounidense Michel J. Sendel, especialista en filosofía política y autor, entre otros libros, de La tiraría del mérito, y el historiador israelí Yuval Noah Harari, autor de libros muy conocidos como Breve historia del mañana y 21 lecciones para el siglo XXI. Esa apasionante discusión de hora y media comenzó con un intercambio sobre las causas del populismo y desembocó en una preocupación compartida por la politización de la ciencia que hacen algunos gobernantes. Hasta antier sábado, el diálogo de Harari y Sendel había sido visto 31 mil 123 veces en YouTube y 8 mil 500 en Facebook.
La entrega de la medalla Carlos Fuentes al escritor Leonardo Padura, con todo y la muy actual intervención de ese escritor desde La Habana, reunía ayer 5 mil 819 visitas. El encuentro sobre federalismo y controles democráticos en donde participaron Viridiana Ríos, Edna Jaime, José Ramón Cossío, Jesús Silva Herzog M. y Carlos Bravo Regidor, llegaba a 3 mil 626 vistas.
La reunión de jóvenes con la escritora portuguesa Lídia Jorge, que recibió el premio FIL de Literatura y que hicieron preguntas a través de Benito Taibo, había sido presenciada (en todos los casos hasta ayer) en 3 mil 724 ocasiones. La conversación de Venki Ramakrishnan, Premio Nobel de Química 2009, con el biólogo mexicano Antonio Lazcano Araujo, alcanzaba 2 mil 44 reproducciones. La sesión “¿Quién rayos fue Marie Curie”, con la escritora española Rosa Montero, 4 mil 978.
Los eventos en esta FIL virtual fueron docenas y desde luego algunos suscitaron menos interés pero todos ellos quedarán en línea. La Feria de Guadalajara ya tenía algunas de sus sesiones en YouTube con videos que, al paso de los años, han sido vistos millares de veces. El más popular de ellos es una conversación de los escritores Arturo Pérez Reverte y Élmer Mendoza con Los Tigres del Norte. Realizada en la FIL de 2008, el video que muestra los primeros minutos de esa sesión tiene 45 mil visitas.
A la intolerancia contra el intercambio de ideas respondió, en la inauguración de esta edición de la FIL el sábado 28 de noviembre, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, en un inteligente discurso: “En estos tiempos aciagos en que lo peor de nuestro pasado aparece todos los días muy temprano disfrazado de futuro prometedor, en tiempos en los que los dichos valen más que los datos, en los que la verdad y la mentira se confunden, tiempos en los que el libro, la ciencia y la academia son ignorados, atacados y desplazados por dogmas de fe, estamos obligados a dar una batalla por la defensa de las ideas y de la razón. Eso representa también la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: una caja de resonancia que no se puede silenciar”.
Para defender al libro y a la vez responder a las descalificaciones contra la Feria, Alfaro sostuvo: “Los libros hacen que las mentiras tengan fecha de caducidad. Dentro de ellos yacen las ideas que pueden derrumbar el engaño, y eso, precisamente eso enfurece a los totalitarios a los identitarios, a los fundamentalistas, a los que quieren abrir las heridas de un pasado que nos duele, para convertir el odio de las personas en capital político. Por eso cuando los liberales que pretenden reconstruir la nación con guías morales le dicen a la FIL conservadora, lo único que hay que hacer es sonreír ante lo ridículo”.
La FIL no será la de antes después de esta edición acotada por la pandemia. Las sesiones en plataformas digitales democratizan la difusión de ideas y la deliberación. Seguramente se mantendrá un modelo híbrido, con sesiones presenciales y otras en línea y con una intensa propagación en Internet de lo que se dice y muestra en la Feria.
Por supuesto es preferible estar en Guadalajara, descubrir y hojear libros a pesar del tumulto que recorre los pasillos y que de por sí es un espectáculo, presenciar un evento tras otro, encontrar amigos y ojear conocidos en el vestíbulo del Hilton y volver con exceso de equipaje. Pero las posibilidades para facilitar y amplificar la discusión de ideas que ofrecen las plataformas audiovisuales en línea serán indispensables a partir del empleo que hacemos de ellas en esta pandemia. También se ha intensificado la lectura de libros digitales que cada vez sustituyen más a los impresos. Ese reemplazo no les gusta a quienes prefieren leer en tinta sobre papel, pero allí se encuentra otra de las transformaciones que contribuyen a democratizar la cultura.
ALACENA: 8 de diciembre, 1980
Aquel 8 de diciembre, cuando John Lennon cayó asesinado por un demente, el realismo se enfrentó con el idealismo. Era lunes por la noche. Unos días después escribí en unomásuno: “Precursor y cantor del cambio, hay que agradecerle que escribiera y cantara para que el camino hacia el cambio sea menos difícil. Para que sea posible ese mundo que imaginaba sin infiernos ni fronteras, donde la gente vive en paz y lo comparta todo: puedes decir que soy un soñador/ pero no soy el único / espero que algún día te nos unas / y así el mundo será uno solo ”.
La música y los ideales de John Lennon son patrimonio de muchos. Las utopías siempre son indispensables pero, cuarenta años después, entusiasman menos.