PROPUESTA PARA EL FORTALECIMIENTO Y DESARROLLO DE LA INDUSTRIA PETROLERA DE LA NACIÓN EN EL MARCO DE UNA POLÍTICA ENERGÉTICA DE ESTADO
PRESENTACIÓN
Atendiendo a la solicitud que del Frente Amplio Progresista, a través de los Coordinadores Parlamentarios del Partido de la Revolución Democrática, del Partido del Trabajo y de Convergencia, y del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, recibiera y aceptara el pasado 30 de julio -luego de su participación en los Foros del Senado de la República sobre la Reforma Energética y, en otras instancias, del amplio debate nacional en la materia-, el grupo de profesionales, expertos, académicos e intelectuales invitados, ha concluido sus trabajos y les ha entregado en esta fecha, una serie de documentos que conforman una Propuesta Ciudadana integral para la Reforma Energética que México requiere.
Este grupo plural, integrado por personas de diferente ideología, miembros de distintos partidos políticos o no pertenecientes a organización política alguna, de disciplinas profesionales diversas y de vocaciones múltiples, tiene sin embargo, como condición común, la firme convicción de la importancia económica, política y social de los recursos petroleros del país, de la propiedad originaria e intransferible de la Nación sobre estos recursos, del mandato constitucional de que sea el Estado el que en forma exclusiva, a través de PEMEX, los administre y de la urgencia de definiciones y acciones que garanticen la seguridad energética de la Nación en el presente y para las futuras generaciones de mexicanos.
Considera también, en forma unánime, que PEMEX requiere una transformación radical y su restitución como industria plenamente integrada, para aprovechar las economías de escala, la continuidad de sus líneas de producción para su mayor eficiencia operativa y económica, una mayor capacidad de negociación tecnológica, financiera y comercial, y para competir en igualdad de condiciones, con sus pares en el mundo. Somos opuestos al desmembramiento de la paraestatal, a la reducción de sus áreas de actividad, a la pulverización de sus acciones, a su privatización, así sea parcial, independientemente de la forma o designación que se le quiera dar.
Estamos por un PEMEX integrado, no como retorno al pasado que fue, sino como respuesta a una evidente actualidad global y con la visión de futuro que ha llevado a las empresas petroleras del mundo que no lo estaban y especialmente a las nacionales, a integrarse.
El grupo está convencido de la necesidad de fortalecer a PEMEX y de dotarlo de autonomía presupuestal, dentro del marco de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y de autonomía de gestión, entendida esta no como régimen de excepción, sino como la facultad de operar con fundamento en criterios técnicos, económicos, estratégicos, ambientales y de seguridad, de conformidad con la legislación aplicable y los lineamientos de su Ley Orgánica y con un programa estratégico del Sector Energético Nacional.
Se requiere sí, un PEMEX fuerte, pleno en el ejercicio de sus facultades constitucionales, sin ceder a la iniciativa privada sus áreas de exclusividad; autónomo en el manejo de sus recursos y de sus acciones, con un régimen fiscal no confiscatorio, equitativo y justo para el buen desempeño de sus funciones; con los controles legales que garanticen transparencia y honestidad sin que sean obstáculo para su adecuada operación; eficiente, a partir de las capacidades y los talentos nacionales de que disponemos; ágil, pero sin relajar las normas al límite de la discrecionalidad de sus funcionarios.
Un PEMEX con ductos y refinerías, propiedad todo de la Nación; sin contratos discrecionales, inciertos e interpretables, ni de riesgo, ni de servicios múltiples, de desempeño o incentivados sin acotamiento alguno, que son mecanismos de transferencia de la renta petrolera; con la reorientación de contratos «llave en mano» que inclinan la balanza a favor de los grandes consorcios internacionales dueños del dinero, hacia los contratos «cost-plus» y con la abolición definitiva de los PIDIREGAS; con recursos suficientes para su actualización permanente y para su crecimiento, con mecanismos de supervisión y control internos y externos adecuados que lo liberen de corrupción y de pereza y con un sindicato democrático, digno de la calidad de los trabajadores petroleros.
Un PEMEX que promueva la ingeniería mexicana y el desarrollo científico y tecnológico nacionales y que apoye el progreso de la Nación. Un PEMEX que aliente el desarrollo de la empresa privada nacional y su participación en la industria petrolera en todas las áreas no reservadas al Estado: en el amplio espectro de la construcción de instalaciones y de la proveeduría de bienes y servicios y en las cadenas industriales de valor agregado de los derivados de los hidrocarburos.
En suma un PEMEX nuestro, no por un nacionalismo trasnochado ni chovinista, sino por la conciencia de la importancia del petróleo en el contexto geopolítico mundial, por nuestra vecindad geográfica, por el tránsito ampliamente documentado de nuestra historia, por la trascendencia de nuestra seguridad energética como elemento sustantivo de seguridad nacional y por ende, de nuestra soberanía.
Un PEMEX que no puede renunciar a su condición de organismo emblemático de la soberanía nacional y que debe retomar su papel como palanca del desarrollo de la Nación.
PEMEX, afirmamos enfáticamente, no sólo puede cumplir cabal y ampliamente con esta misión fundamental, como se ha demostrado en múltiples ocasiones, sino debe hacerlo por el mandato irrenunciable que establece la Constitución. Contamos con los recursos económicos suficientes que el fortalecimiento de la industria requiere -y que ella misma genera-, y disponemos de los talentos necesarios para resolver todas sus necesidades.
Consideramos también, que se trata de un tema particularmente delicado, que debe analizarse, no aisladamente, sino en el marco más amplio de una Reforma Energética Integral y dentro de una Política Energética del Estado Mexicano, pendiente en la agenda nacional y cuyo objetivo esencial es el garantizar su soberanía y su seguridad energéticas.
Seguridad energética que exige que esa política de Estado definida en función de los intereses nacionales y no otros, tome en cuenta la inexorable transición energética y la revolución tecnológica y considere al petróleo como un recurso no renovable de amplio uso económico que no puede dilapidarse en beneficio de sociedades distintas a la nuestra, ni para sustituir una Reforma Tributaria de fondo que es otra gran ausente, de inaplazable presencia en la agenda de la República. En este momento no se propone una reforma a fondo del régimen impositivo al que se ha sometido a PEMEX, pues ello forma parte de una profunda reforma hacendaria que el Congreso de la Unión, ineludiblemente, tendrá que llevar a cabo.
Por ello, en las actuales condiciones del país, una política energética de Estado es inseparable de la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo económico, energético y ecológico. Una propuesta que sólo busca reformar PEMEX es notoriamente insuficiente e inadecuada.
Hubo consenso sin embargo, en la necesidad de emprender de inmediato acciones para el fortalecimiento de PEMEX, que dada la situación crítica de la paraestatal, la importante declinación de las reservas probadas y el incremento en la importación de gas, de destilados del petróleo y petroquímicos para atender las crecientes necesidades del país, no pueden postergarse, ni esperar los resultados de la instrumentación de las Reformas que aprueben los legisladores.
Las acciones que se proponen se orientan a privilegiar las inversiones en exploración en tierra y en aguas someras y la aplicación de tecnologías de recuperación secundaria y mejorada, para acelerar la restauración y ampliación de las reservas probadas y prepararnos para incursionar, en su momento, en el mar profundo; en el incremento de la capacidad de elaboración de refinados con el uso de capacidades ociosas y el inicio de los trabajos para la construcción de nuevos trenes de refinación; en la utilización de plantas petroquímicas hoy subutilizadas o, de hecho, abandonadas; en la modernización y ampliación de la red de ductos, transporte y almacenamiento; en la supresión de la quema de gas a la atmósfera, dispendiosa y contaminante; en un esfuerzo decidido para generar los proyectos necesarios para el desarrollo de PEMEX, en la asunción de los intereses de la deuda de PIDIREGAS, en el apoyo al desarrollo científico y tecnológico en relación con la industria y para la transición energética y en el establecimiento de un programa nacional de ahorro de energía. Estas inversiones urgentes, las planteamos a partir de la creación de un Fondo constituido esencialmente por el superávit primario del organismo, una parte de los excedentes petroleros y una reducción de la tasa del derecho ordinario de hidrocarburos.
Proponemos también otras medidas, que sin requerir inversiones o con inversiones pequeñas, como es el caso de la revisión de los precios de transferencia en el organismo o la participación de la Auditoria Superior de la Federación en la evaluación de la paraestatal por citar sólo un par de ejemplos, incidirían en una mayor eficiencia de la industria.
Y desde luego activar las negociaciones internacionales sobre los yacimientos transfronterizos con Estados Unidos, Cuba, Guatemala y Belice; definir una política energética que contemple todas las formas de energía, hacia un balance que atienda el cuidado responsable del medio ambiente y redefinir la plataforma de producción de crudo en función de las necesidades nacionales y la severa declinación de nuestras reservas probadas.
Con estas consideraciones, hemos elaborado una propuesta integral que contiene los documentos siguientes:
1.-POLÍTICA ENERGÉTICA DE ESTADO Y FORTALECIMIENTO DE PEMEX. En el que detallan y sustentan los conceptos y propuestas específicas para el logro de los fines antes señalados.
2.-PROPUESTA DE REFORMAS A LA LEY REGLAMENTARIA DEL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL EN EL RAMO DEL PETROLEO, que reestablecen el carácter de Petróleos Mexicanos como organismo público descentralizado plenamente integrado, dotado de autonomía de gestión y presupuestaria, que contará con las áreas operativas necesarias para su eficiente desempeño, orientado a maximizar los resultados de la industria en su conjunto, más que a privilegiar alguno de sus segmentos en detrimento de los demás. Se señalan, como criterios rectores de PEMEX, la seguridad energética de la Nación, la sustentabilidad de la plataforma de extracción, la diversificación de mercados y de proveedores y la incorporación del mayor valor agregado a sus productos. Se proponen ordenamientos que excluyen en definitiva los contratos de riesgo, bajo todas sus formas y disfraces, y que proscriben el sometimiento del organismo a tribunales del extranjero, tratándose de controversias relativas a actos realizados en el territorio de la Nación.
3.-PROPUESTA DE UNA NUEVA LEY ORGÁNICA DE PETROLEOS MEXICANOS, que define en forma detallada las características organizativas, formas de gobierno, dirección y control del organismo y las principales disposiciones administrativas que le serán aplicables. El proyecto otorga especial importancia a nuevas disposiciones en materia de planeación y programación, presupuestación, contratación de adquisiciones, arrendamientos, servicios y obras públicas y evaluación, control y vigilancia, todo ello en concordancia con los principios constitucionales y el contenido de la Ley Reglamentaria reformada. Se prevén los procedimientos para hacer efectiva la reintegración organizacional y operativa del organismo.
4.-PROPUESTA DE REFORMAS AL ARTÍCULO 33 DE LA LEY ORGÁNICA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA FEDERAL, relativo a la Secretaría de Energía. Se propone fortalecer el papel de la Secretaría que encabeza el sector para la planeación estratégica integral de éste, atendiendo, entre otros, a los objetivos de eficiencia, diversificación y cuidado ambiental, con lo que se fortalecerán las acciones orientadas a garantizar la seguridad energética de la Nación y la transición hacia un balance energético más equilibrado y progresivamente menos dependiente de los combustibles fósiles y de los suministros importados de gas natural, gasolinas y materias primas petroquímicas. En materia institucional, se prevé que la Secretaría organice un Consejo Nacional de Energía, como órgano superior de coordinación y programación del sector. Se propone también la creación, dentro de los próximos seis meses, del Instituto Nacional de Energías Renovables, como nuevo organismo sectorizado en la Secretaría que fomente la necesaria transición energética hacia fuentes diferentes de los combustibles fósiles y hacia un balance energético equilibrado.
5.-OTRAS PROPUESTAS. A fin de asegurar la congruencia de otras disposiciones legales con las reformas propuestas a las ya señaladas y de dar viabilidad jurídica, operativa y financiera a su instrumentación se presentan reformas a las siguientes leyes: de Planeación, Federal de Derechos, Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, y de la Comisión Reguladora de Energía.
6.-PROGRAMA DE ACCIÓN INMEDIATA PARA EL FORTALECIMINTO DE PETRÓLEOS MEXICANOS
En este documento se propone asignar mayores recursos al organismo, mediante -entre otras- una modificación de la tasa del derecho ordinario de hidrocarburos, a fin de que los destine a actividades que se han rezagado: exploración, refinación, conservación y mantenimiento de equipos y plantas, petroquímica, ductos y almacenamiento e investigación y desarrollo. Plantea también una serie de medidas que favorecen la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.
7.-ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS INICIATIVAS DE REFORMA PETROLERA DEL EJECUTIVO FEDERAL Y DE UN GRUPO DE LEGISLADORES DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL.
Adicionalmente a estas propuestas, iniciativas y proyectos de decreto, se elaboraron sendos documentos de análisis crítico pormenorizado y fundamentado sobre las iniciativas de Reforma Energética enviadas al Senado de la República por el Ejecutivo Federal y por un grupo de legisladores del Partido Revolucionario Institucional, respectivamente, que se han entregado igualmente a los Coordinadores Parlamentarios que nos convocaron.
Estos cuatro documentos son resultado de un esfuerzo sin precedente que permitió discutir y analizar muy diversos planteamientos, de distinto origen, examinados en un ambiente de apertura, tolerancia y colaboración.
Nuestra propuesta es sobre todo una convocatoria a la deliberación y el estudio responsables de la realidad energética y petrolera que guarda el país. No nos rehusamos a la crítica ni al debate de ideas, pero más que nada queremos convencer de que nuestra riqueza puede conservarse y ampliarse como riqueza nacional y sus frutos destinarse al bienestar de los mexicanos y el desarrollo sostenido de nuestras capacidades productivas, institucionales e intelectuales. Para eso, reiteramos nuestra convicción de que toca al Estado dirigir el desarrollo energético y, en el caso del petróleo, asegurar el fortalecimiento de PEMEX como organismo plenamente integrado, para convertirlo en un vector de productividad y creatividad como lo demanda la expansión de la economía y lo exige nuestra inserción provechosa en la transformación global del mundo.
Nuestra oposición tajante a la privatización de la renta petrolera y de PEMEX es razonada y consistente y se inspira en los mejores veredictos de nuestra historia. Nuestra propuesta busca enriquecer el debate nacional y demostrar que con la unidad consciente y comprometida de los mexicanos podemos tener una evolución petrolera y energética robusta y en condiciones de ampliar y dar sustento al espíritu emprendedor del sector privado nacional y extranjero sin poner en riesgo ni malbaratar una riqueza que para ser nacional debe servir a todos en el presente y estar en condiciones de sostener el bienestar y la seguridad de las generaciones del porvenir.