Jacqueline Peschard
La Crónica
26/05/2021
Se supone que las campañas políticas sirven para dar a conocer quiénes son y de dónde vienen los candidatos de los diferentes partidos y coaliciones y cuáles son sus propuestas para ocupar los cargos por los que compiten. Sin embargo, los spots que se difunden y que, por ley, son de entre 20 y 30 segundos, presentan imágenes chuscas y hasta grotescas, apostando más al espectáculo que a la presentación de ideas o programas.
Tenemos campañas de ínfima calidad y, fuera de que sabemos que 31 candidatos son deportistas, artistas o influencers, es decir, carecen de experiencia política, no parece haber mayor exigencia de la ciudadanía para que los candidatos informen sobre sus ofertas políticas.
En este contexto, el propio INE y ciudadanos organizados han venido armando, desde hace varios años, plataformas informáticas para ofrecer a los ciudadanos información útil sobre los contendientes.
Después de haber intentado sin éxito, durante varias elecciones, que los candidatos ofrecieran de manera voluntaria información sobre su historia profesional y política, en esta ocasión, el INE utilizó su capacidad regulatoria para obligar a candidatos y partidos a proporcionar datos biográficos mínimos, pensando en el derecho de los ciudadanos a saber quiénes se están postulando para diputado federal.
En el portal “Conócelas y conócelos”, los y las candidatas deben ofrecer datos sobre sus actividades profesionales, los cargos políticos que han ocupado previamente, las redes sociales que utilizan con sus datos de contacto y dos de sus principales propuestas de campaña. Desde luego que sería conveniente que este modelo se replicara en las elecciones locales, sin embargo, ello depende de cada una de las autoridades electorales estatales y la respuesta de las OPLEs ha sido poco consistente, aunque seguramente esta práctica se irá extendiendo.
De otra parte, durante los últimos seis años, el portal “Voto Informado”, diseñado y operado por la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, ha elaborado un cuestionario con preguntas sobre la trayectoria, los posicionamientos de los candidatos a diputado federal sobre los grandes problemas nacionales, así como sobre las plataformas electorales que presentan con sus partidos.
A pesar de que “Voto Informado” ha ganado popularidad por la información que se coloca en su plataforma, lo cual lo ha llevado a que autoridades electorales locales quieran replicarlo en sus estados, no ha logado que todos los candidatos sientan la obligación de responder a las preguntas básicas del cuestionario.
Transparencia Mexicana, por su parte, ha venido insistiendo en la necesidad de que los candidatos informen si han rendido sus declaraciones fiscales y que difundan sus declaraciones patrimoniales y de intereses: la famosa #3de3. Estos documentos son esenciales para que los ciudadanos sepan si los candidatos han cumplido con sus obligaciones fiscales, si su patrimonio se corresponde con los salarios y cargos que han ocupado, y si no tienen posibles conflictos de interés en razón del cargo que eventualmente van a ocupar.
La pregunta pertinente es si los candidatos responden con la verdad, pero recordemos que quienes ganen la elección y ocupen el cargo, tienen ya la obligación de informar y difundir la #3de3.
Siguen siendo muchas las resistencias de los candidatos a dar a conocer quiénes son, de dónde vienen y qué ofrecen y ello sólo puede explicarse porque no hay la suficiente exigencia de la ciudadanía para que así sea. Los avances que se han logrado para visibilizar los perfiles de los candidatos es una muestra palpable de la utilidad del trabajo de la sociedad civil organizada y del compromiso de la autoridad electoral en pleno ejercicio de su autonomía.