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El debate público

11 Apuntes sobre la jornada

José Woldenberg

Reforma

11/06/2015

1. A pesar de las amenazas, de las acechanzas por desatar la violencia, la jornada electoral transcurrió en paz en la inmensa mayoría del territorio nacional. Esa es -para mí- la mejor noticia. Que 750 mil ciudadanos hayan estado en disposición de hacerse cargo de las casillas, de recibir y hacer el cómputo de los votos de sus vecinos, es viento fresco en medio de la noche. Y que 37 millones hayan acudido a las urnas es un dato relevante que nadie debería echar en saco roto. No hay otro evento ni remotamente similar que convoque, para decidir sobre un tema crucial, a tanta gente.

2. La mancuerna de autoridades electorales y ciudadanos funciona y funciona muy bien. El profesionalismo y eficiencia de las primeras y la participación masiva, pulcra y ordenada de los segundos se conjugan para hacer de las elecciones eventos auténticos, cargados de sentido. Son incluso emocionantes (ni modo, apreciados postmodernos).

3. La participación llegó al 47 por ciento. Franjas relevantes de ciudadanos le dan la espalda a las urnas. Mucho hay que hacer para remontar esa situación. Pero por segunda ocasión consecutiva, en elecciones intermedias, aumenta el porcentaje de votantes. De 41.19 en 2003 a 44.61 en 2009 a 47 hoy. (Cierto, en 1991 y 1997 el porcentaje de votación fue superior).

4. La participación tiende a ser más alta donde se realizan elecciones concurrentes (federales y estatales) y mayor en los estados en los que se elige gobernador. Aunque no es una regla de hierro. En todas las entidades donde hubo elecciones para gobernador el porcentaje de votos estuvo por encima del promedio nacional.

5. La dispersión del voto es el dato más sobresaliente de la elección de la Cámara de Diputados. Como sucede desde 1997 ningún partido en singular tendrá mayoría absoluta de escaños. Pero ahora los tres partidos más grandes concentran menos votos y los «pequeños» se fortalecen. Los porcentajes de votos para los partidos fueron los siguientes (datos del PREP al cierre): PAN 20.89; PRI 29.10; PRD 10.83; PVEM 7.06; PT 2.87; MC 5.99; Panal 3.74; Morena 8.37; PH 2.14 y Encuentro Social 3.30. Además del triunfo de un candidato independiente (Clouthier).

6. El Partido Humanista pierde su registro. Fue debut y despedida. El del Trabajo pende de un hilo.

7. El voto nulo fue el 4.88 por ciento, menos que en 2009 y 2012. No es posible discernir cuántos fueron por error y cuántos expresión de malestar.

8. En los estados, tratándose de gobernadores, hay fenómenos de continuidad y de alternancia. En Baja California Sur el PAN vuelve a ganar y lo mismo hace el PRI en Campeche y San Luis. Pero en Guerrero se da la alternancia (del PRD al PRI) y en Michoacán a la inversa (del PRI al PRD), mientras en Sonora el péndulo pasa del PAN al PRI y en Querétaro del PRI al PAN. En Colima habrá que esperar el recuento oficial porque se trata de la elección más cerrada.

9. En Nuevo León gana un candidato independiente. Es el fenómeno más llamativo. Jaime Rodríguez, mejor conocido como El Bronco, organizó un partido regional potente (sin reconocer que lo era, por supuesto) y ahora será interesante observar la interacción del nuevo gobernador con los presidentes municipales (la mayoría de ellos del PRI y el PAN) y sobre todo con el Congreso (en el cual el gobernador no tiene un solo diputado). Lo importante: la nueva puerta para participar en política es transitable y le genera un contexto de exigencia a los partidos.

10. En el DF observamos el fin de un partido hegemónico. Como se esperaba, la contienda fundamental fue entre el PRD y Morena y esa disputa abrió además las puertas a un avance del PRI y el PAN. El blanquiazul gobernará dos delegaciones (Benito Juárez y Miguel Hidalgo), el tricolor tres (Cuajimalpa, Magdalena Contreras y Milpa Alta), Morena cinco (Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Xochimilco, Tlalpan y Tláhuac) y el PRD seis (Coyoacán, Iztapalapa, Alvaro Obregón, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza e Iztacalco). Los diputados de mayoría relativa, con las cifras del PREP, son 18 para el Morena, 14 para el PRD, 5 para el PAN y 3 para el PRI.

11. Mientras haya elecciones habrá un escenario para la contienda civilizada entre diferentes opciones. México sería mucho peor sin ellas. Y las del 7 de junio expresan a una sociedad cruzada por una pluralidad viva de fuerzas políticas organizadas que encuentran y dan vida a una fórmula pacífica y participativa para decidir quiénes deben gobernar y quiénes legislar. Se escribe fácil…