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El debate público

Canal del Congreso: opacidad y oportunidad

Raúl Trejo Delarbre

La Crónica

20/04/2015

La dirección del Canal del Congreso es uno de los cargos más indeseables en México. Hay 628 legisladores que se consideran con derecho a presentarle exigencias al ciudadano o ciudadana que desempeña esa responsabilidad. Esa televisora no compite en rating con las opciones comerciales, pero ya forma parte de las costumbres políticas en nuestro país.
Por eso es pertinente que el Canal esté dirigido con aptitud profesional, pero también con sensatez y que la designación de su titular sea inobjetable. Por eso, también, ha sido lamentable que el proceso para elegir nuevo director del Canal haya ocurrido con peculiar opacidad.
El Canal del Congreso fue creado hace 17 años para transmitir las sesiones de las cámaras de diputados y senadores. Ha contribuido así a que se conozcan tanto las razones, cuando las hay, como las simplezas (que no son pocas) que los legisladores dicen tanto en la tribuna del pleno como en las comisiones que integran.
Todo lo contrario a ese ejercicio de transparencia fue el reciente proceso de selección. En octubre pasado la comunicadora Leticia Salas Torres, que estaba por concluir un segundo y último periodo de cuatro años, renunció a la dirección del Canal del Congreso. La Comisión Bicamaral encargada del Canal, integrada por tres senadores y tres diputados, tardó más de cuatro meses para publicar la convocatoria al concurso de selección para encontrar un nuevo director.
Aunque aparentemente se trataba de un “concurso público abierto”, los nombres de los aspirantes que se presentaron nunca fueron difundidos. Curricula, experiencia y méritos de quienes querían dirigir ese canal solamente fueron conocidos por los miembros de la Comisión Bicamaral.
En contra no solamente de las prácticas parlamentarias hoy generalizadas sino de los principios mismos de dicha televisora, la Comisión solamente difundió los números de folio de los aspirantes que se registraron. La lista de candidatos ni siquiera se publicó, cuando quedaba una decena de aspirantes que fueron llamados a presentar su plan de trabajo. Tales audiencias transcurrieron en secreto. En el Canal del Congreso se transmiten sesiones de las más variadas comisiones legislativas. Pero las entrevistas con quienes pretendían dirigir esa televisora no tuvieron espacio en ella.
La Comisión Bicamaral la integran los senadores Alejandro Encinas (PRD), Gabriel Ávila (PAN) y Jesús Casillas (PRI), así como los diputados Alfa Eliana González (PRD), Juan Pablo Adame (PAN) y Martha Gutiérrez (PRI), esta última presidenta en turno. El miércoles 15 de abril se reunieron para designar al nuevo director y después de varias votaciones quedaron tres candidatos empatados.
El abogado Fernando Mora Guillén, ex director de Televisión Educativa de la SEP, fue apoyado por la perredista González y el panista Adame. La cineasta Ana Cruz Navarro, ex subdirectora del Canal 22, tuvo el respaldo del panista Ávila y el perredista Encinas. La comunicadora Blanca Lilia Ibarra Cadena, que presidió la Comisión de Acceso para la Información Pública de Puebla, tuvo el voto de los priistas Gutiérrez y Casillas.
Reiterado el empate y de acuerdo con el Reglamento del Canal del Congreso, la presidenta de la Comisión pudo ejercer su voto de calidad. Así fue elegida Blanca Lilia Ibarra.
Llama la atención la ausencia de quehacer político de los miembros de esa Comisión para propiciar acuerdos antes de la votación formal. Incluso, es notoria la divergencia entre los dos legisladores del PAN y, por otra parte, entre los del PRD.
Aunque sólo con los dos votos del PRI, a los que se añadió el respaldo de la diputada perredista González, la designación es legal. Sin embargo en los días recientes se ha publicado que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, cabildeó en ambas cámaras contra la designación de Ibarra Cadena. Cuando ella presidió la Comisión de Acceso a la Información de esa entidad, ejerció una independencia que no le gustaba al gobernador.
El año pasado Blanca Lilia Ibarra estuvo en la lista final de 12 candidatos para ser una de los siete comisionados en el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública. No fue designada para ese cargo pero como, ese sí, fue un proceso abierto, las adhesiones que recibió fueron públicas.
A Ibarra, cuando quería ser parte del órgano directivo del IFAI, la apoyaron en sendas cartas, entre otros, el entonces abogado general de la UNAM (y ahora presidente de la CNDH) Luis Raúl González Pérez; el investigador Mauricio Merino; los investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Issa Luna Pla y don Sergio García Ramírez; los rectores de las principales universidades de Puebla: la Benemérita Autónoma, la Iberoamericana y la Universidad de las Américas. También la respaldaron en esa ocasión diversos organismos ciudadanos de Puebla, entre ellos el capítulo en esa entidad de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información.
Algunas semanas después, en junio, Ibarra renunció a la Comisión de Acceso a la Información de Puebla. Con motivo de esa renuncia la presidenta de la AMEDI en Puebla, Lilia Vélez Iglesias, declaró: “Me parece que era la única de los comisionados actuales que había demostrado un verdadero compromiso con el acceso a la información y la transparencia”.
La nueva directora del Canal del Congreso no tiene experiencia en medios de carácter público, pero ha colaborado en medios impresos así como en radiodifusoras y televisoras de Puebla. Durante 14 años, hasta 1997, fue conductora, reportera y productora en Televisa Puebla y luego se desempeñó en diversas posiciones de servicio público. Cuenta con dos licenciaturas y dos maestrías.
La designación de la nueva directora del Canal del Congreso no tiene que ser ratificada por los plenos de las cámaras federales. De acuerdo con el Reglamento del Canal, esa decisión se toma en la Comisión Bicamaral. Si los diputados y senadores respetan las normas que ellos mismos crearon, el nombramiento no podría ser modificado. Al contrario, lo que el Canal necesita es un enfático respaldo de los legisladores, comenzando por respetar la autoridad de quien lo dirija. La estabilidad y la credibilidad del Canal del Congreso requieren que los legisladores, de todos los partidos, dejen de ver a esa televisora como parte de las posiciones y beneficios que suelen disputarse.