Raúl Trejo Delarbre
La Crónica
04/05/2015
Por lo general, las campañas electorales son procesos unidireccionales. Los candidatos y sus partidos nos ofrecen guiones preestablecidos, de los que no suelen apartarse, con discursos por supuesto diseñados para persuadirnos. Más allá de la propaganda de campañas, nuestras posibilidades para enterarnos de algo más de lo que candidatos y partidos han decidido informarnos son escasas.
La única oportunidad para replicar la tenemos el día de las elecciones. Allí podremos convalidar o rechazar a cada opción, de acuerdo con la impresión que nos haya dejado su abrumadora propaganda. Será una ocasión única y desde luego limitada. Aún así, con frecuencia votamos a ciegas porque a pesar de las toneladas de frases y promesas que nos habrán endilgado, llegamos a las urnas sin saber quiénes son y qué dicen que harán los candidatos que pretenden nuestros votos.
Una de las pocas novedades en las actuales campañas es la existencia de media docena de iniciativas, asentadas en internet, para reunir información acerca de los candidatos y/o para indicarles qué opinan los ciudadanos.
El Instituto Nacional Electoral creó un portal para que los candidatos a diputados federales den a conocer su trayectoria y digan por qué quieren representar a la sociedad. La participación en esa experiencia de comunicación no es obligatoria. Seguramente por eso las respuestas de los aspirantes a llegar a San Lázaro han sido escasas. Para las 500 diputaciones federales compiten 4,518 candidatos. De ellos, solamente 460 (hasta ayer domingo) han respondido a la sencilla invitación del INE para dar a conocer su currículum y una breve exposición de motivos.
Porcentualmente, los candidatos que más han respondido son los independientes. De 22 que hay en todo el país, 11 han entregado sus datos curriculares. Entre los partidos el que tiene mayor porcentaje de participación en ese ejercicio de compromiso es Encuentro Social; de los 418 candidatos a diputados federales de ese partido, 68, el 16%, han entregado información al sitio del INE. El partido menos interesado en aprovechar ese espacio es el PRD, que tiene 400 candidatos a diputados (y cien más en alianza con el PT), de los cuales únicamente 6, el 1.5%, han enviado sus datos curriculares. Las respuestas, que darían tema para otro texto, se pueden consultar en: http://www.ine.mx/portal/Elecciones/Proceso_Electoral_Federal_2014-2015/CandidatasyCandidatos
Otro ejercicio, más exigente y preciso, es el que desarrolla el Instituto Mexicano para la Competitividad y Transparencia Mexicana en www.candidatotransparente.mx. A diferencia del portal del INE, allí se pide información a todos los aspirantes a cargos públicos, incluyendo gobernadores, presidentes municipales, jefes delegacionales, diputados locales y desde luego diputados federales. A esos candidatos se les requiere que envíen, para darlos a conocer allí mismo, tres documentos: declaración patrimonial, declaración de intereses (participación del candidato y de familiares cercanos en consejos de administración de empresas y sociedades accionarias, así como préstamos que hayan recibido) y las carátulas de las tres últimas declaraciones de impuestos del candidato.
De todos los candidatos por los cuales se votará el 7 de junio, solamente han respondido 126. No es extraña esa bajísima tasa de participación porque el ejercicio de claridad que se busca contrasta con la opacidad y la ausencia de compromisos a las que se encuentra tan acostumbrada la llamada clase política.
A pesar de la poca respuesta, los documentos allí disponibles son una fuente de información muy interesante. Por ejemplo, Layda Sansores, candidata de Morena al gobierno de Campeche, dice que como resultado del ejercicio de un cargo público (en su caso, senadora) tiene un ingreso anual de 398 mil pesos. Eso significaría que su salario mensual es de 33 mil pesos y que no recibió aguinaldo ni otras compensaciones. Sin embargo, en su declaración fiscal manifiesta que en 2013 recibió casi 3 millones de pesos, la mayor parte del Senado de la República.
Héctor Antonio Astudillo, candidato del PRI al gobierno de Guerrero, dice que ha ganado 885 mil pesos anuales como diputado local. Pero su esposa tiene ingresos por 3 millones y medio de pesos anuales. El diputado Astudillo, en su declaración fiscal correspondiente a 2014, manifestó solamente 525 mil pesos de ingresos. Beatriz Mojica, la perredista que también busca la gubernatura de Guerrero, informa ingresos anuales por un millón 064 mil pesos. Sin embargo, no entregó declaración fiscal, sino la constancia de salarios y retenciones del año pasado que expidió su empleador, el gobierno de esa entidad.
Un tercer sitio, con datos y opiniones de candidatos, es Voto informado, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (www.votoinformado.unam.mx). Allí se propone a los candidatos a diputados federales que respondan a un cuestionario sobre temas de cultura política, política económica y agenda legislativa, entre otros rubros. Las respuestas, así como los nombres de quienes no han respondido, aparecen agrupados por distritos de tal forma que los electores pueden consultar las opiniones de los candidatos en la demarcación donde votarán. Hasta ahora han ofrecido respuestas 1,800 candidatos a diputados federales.
Por otra parte, el Instituto de Investigaciones Jurídicas mantiene el Observatorio Electoral 2.0 (http://electoral.juridicas.unam.mx) que estableció desde la elección federal de hace tres años y mide la presencia de los candidatos en las redes sociodigitales. En esta ocasión se da seguimiento a las cuentas en Twitter, Facebook y otras redes de los candidatos a jefaturas delegacionales en el DF.
El sitio www.piensoluegovoto.mx es animado por El Colegio de México junto con el Instituto Electoral del Distrito Federal. Allí se difunde información sobre temas de política social y cuestiones de género en cada una de las delegaciones del DF. El mismo Instituto Electoral mantiene el sitio www.yodecidodf.org.mx, en donde coloca información curricular que entregan (cuando lo hacen) los candidatos a delegaciones y diputaciones locales en la ciudad de México.
Por otra parte, hace unos días comenzó a funcionar el sitio www.mxparticipa.org que, a diferencia de los anteriores, no contiene información de candidatos, pero recaba las opiniones de ciudadanos, organizadas por distrito electoral, sobre temas de seguridad y política social a partir de un sencillo cuestionario. Los organizadores de ese sitio son el Tecnológico de Monterrey y la Universidad de California en Berkeley y hasta ayer la información disponible indicaba que habían participado 1,070 ciudadanos.
Con requerimientos de información elementales, o con sugerencias y opiniones también concretas, las instituciones que animan esos sitios aprovechan la capacidad de internet para que los ciudadanos se enteren y expresen. Esas iniciativas enfrentan debilidades frecuentes de las campañas políticas como son el desconocimiento respecto de los candidatos, la ausencia de compromisos específicos, la opacidad de sus trayectorias y circunstancias, así como el mensaje unilateral que distingue a la propaganda electoral.
Hay mucho más por hacer, apoyándose en los recursos en línea, para que los ciudadanos se acerquen a la política, ya que la mayor parte de quienes se dedican a la política siguen tan intencionalmente distantes de ellos y de los asuntos que les interesan. En todo el país se despliegan otras iniciativas, en ocasiones muy creativas, para examinar y discutir las campañas y sus candidatos. Por lo pronto, el escrutinio que con todo y sus limitaciones permiten sitios como los mencionados propiciará nuevas formas de exigencia ciudadana. Por ejemplo, podemos decirles a los candidatos que solamente tomaremos en cuenta, al momento de votar, a quienes hayan hecho públicas declaración patrimonial, declaración de intereses y declaración fiscal.