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El debate público

García Márquez y Petkoff

José Woldenberg

Reforma

30/04/2015

Se acaba de cumplir, el 17 de abril, un año de la muerte de Gabriel García Márquez, y ese mismo día se anunció que Teodoro Petkoff recibiría el Premio Ortega y Gasset que otorga el diario El País. Recordé que en su libro Dos izquierdas (Alfadil. Venezuela. 2005), el incansable periodista venezolano inicia con un prólogo titulado «Gabo».

El libro, que está por cumplir diez años, partía del reconocimiento de un ascenso importante de la izquierda en América Latina. Pero detectaba dos grandes constelaciones que vivían en tensión: una, «afincada en las ideas fuerza de disciplina vertical, subordinación escalonada de unos mandos a otros, procedimientos no deliberativos… (Cristaliza) alrededor del caudillo (y) se va espesando una atmósfera de adulación y miedo», es proclive a «la instrumentalización del resentimiento social, la atemorización innecesaria de la clase media, la ineficiencia administrativa, el conflictivismo (sic) permanente, la segregación política y social de sus opositores y la corrupción rampante» (se refería sobre todo al chavismo) y otra: una izquierda que «ha internalizado los valores democráticos como componente sine qua non de los proyectos de cambio social…Sin la estridencia falsamente radical…marcha por un camino de reformismo avanzado…con la comprensión de que las transformaciones en la sociedad pasan por el desarrollo económico con equidad y por el fortalecimiento y profundización de la democracia».

Ojalá el libro hubiese circulado en México, pero lo que ahora importa es rescatar algo de lo que Petkoff escribió sobre la larga y fructífera relación que mantuvo con el escritor colombiano. Reproduzco 3 episodios.

1. En 1969 Petkoff publicó un importante libro que significó su ruptura definitiva con el comunismo de matriz soviética. Había sido militante del Partido Comunista y con Checoslovaquia: el socialismo como problema realizaba la crítica severa a la invasión que un año antes había sufrido ese país por las tropas del Pacto de Varsovia y al «modelo» de sociedad que habían construido. «Brezhnev, para entonces secretario general del Partido Comunista de la URSS…en su informe al XXIV Congreso de ese partido en 1970 -escribió Petkoff- incluyó mi nombre en un breve elenco de ‘enemigos del comunismo’, a los cuales anatemizó». «En 1971, ya fundado el MAS (Movimiento al Socialismo)…Gabo entró en contacto con nosotros…dijo que se consideraba militante ‘internacional’ del MAS, al cual habíamos fundado en enero de 1971…No tardaría en demostrarlo. En agosto de 1972 ganó el premio literario ‘Rómulo Gallegos’ y donó al MAS el monto íntegro del lauro: 22,500 dólares…con eso fundamos el diario Punto. Para Gabo era un compromiso público. Era una toma de posición ante el movimiento comunista mundial, ante la URSS, pero, sobre todo, ante los cubanos…Estaba diciendo bien claro…que su idea del socialismo nada tenía que ver con la sociedad que en nombre de éste se había erigido en la URSS. Indirectamente, hablaba también para Fidel».

2. «En 1978 o comienzos de 1979 me avisó que venía a Caracas…Una vez llegado me reveló que era portador de un mensaje de Fidel para Carlos Andrés Pérez y me pidió que lo contactara con el presidente. No fue difícil hacerlo porque en aquellos tiempos, todavía era civilizado el trato entre oposición y gobierno en nuestro país. Se trataba de que los sandinistas preparaban la primera ‘ofensiva final’ -la que fracasó- y pensaban instalar una suerte de gobierno provisional en territorio nica, para lo cual era necesario el reconocimiento internacional. Esperaban eso de Pérez. También se habló de ayuda material y creo que allí comenzaron los vínculos de CAP con Nicaragua, que años más tarde, ya no con los sandinistas sino con la oposición a ellos, terminarían por desgraciarlo y enviarlo a la cárcel».

3. «En 1983 yo fui candidato presidencial del MAS. Fue la primera de las dos candidaturas simbólicas que asumí en esos tiempos en que el bipartidismo adeco-copeyano parecía eterno y blindado…Gabo tuvo la ocurrencia de ayudarnos desde Colombia. Vinculado a la editorial ‘La Oveja Negra’, hizo los trámites para la edición colombiana de mi libro Proceso a la izquierda. Luego me abrumó con un acto de presentación del libro en un auditorio bogotano…Como dice la canción de Agustín Lara estaba ‘la crema de la intelectualidad’…y de la política. ¿Quién iba a desatender en Colombia una convocatoria de su premio Nobel?».

Tres momentos de una relación que ayudan a entender a dos personalidades y sus contextos.