Ricardo Becerra
* La Crónica de Hoy 13/10/2008
1.- A don Everardo Elizondo (subgobernador del Banco de México), le parecen de muy mal gusto esas versiones difundidas por ciertos analistas no educados en Chicago, según las cuales, el crash universal que presenciamos tiene su origen en alguna forma de saqueo, ilícito y engaño. Para don Everardo, la ciencia que reside en su manual indica que la explicación verdadera es “la creación excesiva de crédito… como un resultado inevitable de una política monetaria demasiado laxa aplicada por demasiado tiempo” (Reforma, 3/3/08). Lástima que su opinión no sea compartida por Mark Filip, fiscal general adjunto del Departamento de Justicia, quien lleva más de 100 arrestos por “un nuevo tipo de fraude que representa una seria amenaza para la economía y la estabilidad del mercado inmobiliario”.
Resulta que en la cuna del superliberalismo se despliega ahora mismo, y desde hace un año, una gran redada contra los culpables de la crisis subprime, y en su haber se ha cargado a más de 500 detenidos desde abril, merced a la operación “Hipoteca Maligna”. Ralph Cioffi y Matthew Tannin, antiguos gestores de Bear Stearns, son los peces más gordos atrapados hasta hoy, pero eso no descarta que la indagatoria llegue, incluso, “a los centros académicos donde se teorizaron los formatos contables del fraude” (NYT, 07/10/08).
2.- La historia puede remontarse a 2001, cuando la vivienda en Estados Unidos se encarece dramáticamente y los sacrosantos bancos centrales deciden bajar las tasas de interés. Ambos factores hacen la pastura seca para el incendio, sí, pero es entonces cuando la ingeniería financiera del siglo XXI, santificada por los gestores y las calificadoras internacionales, huele su oportunidad y, cuál hechiceros sin escrúpulos, ofrecieron ganancias del 14 por ciento, aunque las tasas oficiales anduvieran en el 3 por ciento.
Don Everardo vuelve a fallar: varios episodios de la historia financiera han visto largos tramos de tasas bajas sin que se produzcan burbujas perniciosas. ¿Cómo? Con regulación inteligente y supervisión efectiva. Extralógica del subgobernador. Según él, los taladores y depredadores de árboles actúan criminalmente por los incentivos errados, dispuestos torpemente por el gobierno. El libre mercado es sabio; el Estado se equivoca. La culpa no es de los talamontes, sino de los guardabosques.
3.- Luego, la crisis crediticia de Estados Unidos se proyecta a México bajo la insidiosa forma de crisis cambiaria. Banxico interviene el martes colocando 2,500 millones de dólares para que el peso no siga perdiendo terreno. La especulación reacciona, calcula y, el viernes, aguijonea con un ataque despiadado de cinco horas, por más de 6 mil 400 millones de dólares. O sea: en tres días, los mexicanos perdieron 10 por ciento de sus reservas.
Grave error del Banco Central, para entonces, víctima de su propia mitología. Con una banca des-nacionalizada, casi enteramente extranjera, las decisiones importantes no se toman en función de la economía de México, sino de la estabilidad de sus centros matrices. Banamex, BBVA, HSBC, Santander, Scotiabank, etcétera (con evidencia detectada por el jefe de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro de la SHCP, Guillermo Zamarripa), protagonizaron la compra masiva de dólares, cuyo objetivo era precisamente hacer fracasar al plan de Banxico.
México puso a disposición de los bancos sedientos miles de millones de dólares baratos acopiados por años de “disciplina y responsabilidad financiera” pagados a costa de reducir el bienestar de los mexicanos. Y esas carretadas de billete verde acabarán sirviendo a los centros bancarios de Estados Unidos y Europa, que necesitan desesperadamente revalidar sus cuentas y balances con dinero fresco, ¿tiene sentido entonces, volver a pensar en una banca nacional?, ¿en un control de cambios?, ¿en una regulación financiera estricta?
4.- ¿Quién tiene la liquidez para comprar en unas cuantas horas, 9 mil millones de dólares? La decisión de Banxico es catastrófica por eso: el banco donde usted tiene su cuenta, sus ahorros, su inversión, realizó la compra masiva de dólares con su dinero (y el mío). Nuestros depósitos en pesos, se convirtieron en dólares de los bancos y se trasladaron a sus respectivos países. Así, los depósitos mexicanos fueron usados por la banca extranjera no para estabilizar al peso, sino para lo contrario: ganar en el océano revuelto del crash universal. Los bancos des-nacionalizados confirman la peor de las hipótesis: usan nuestros depósitos, con ellos acaparan increíbles cantidades de dólares en unas horas, y de esa forma hacen que su dinero (y el mío) valgan menos en la ruleta del juego cambiario.
5.- Y todo esto, ¿es libre mercado? Cuenta el New York Times (9/10/08) que mientras las bases financieras de bancos, aseguradoras y fondos de inversión eran infectadas persistentemente —de 2001 a 2006— por millones de bonos tóxicos partidos, adheridos y diseminados por doquier, los hombres que trabajaban en la alegre industria norteamericana para la diversificación del riesgo, se embolsaban cada año, en promedio, el ¡11 por ciento de los salarios totales de los Estados Unidos! como premio a su sofisticada estafa. Y que sus ingresos anuales representaban ¡el 27 por ciento de las ganancias corporativas totales!, mucho más que los directivos del Valle del Silicio, de la industria automotriz o incluso de la petrolera. Charles Pince, principal ejecutivo de la antaño venerable Citigroup, que ha perdido 6 mil millones de dólares en lo que va del año, no obstante, fue indemnizado por sus servicios, en 105 millones de billetes verdes.
En estos años, la trama de la especulación financiera estadunidense ha trasladado al sistema a su crisis más profunda, pero a cambio, llegó a tener ingresos netos por persona, tan altos como el narcotráfico o la venta ilegal de armas. ¿Será porque todos ellos son ilícitos?