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El debate público

La aceleración del autoritarismo

Ricardo Becerra

La Crónica

28/03/2021

“Cuando se postergan o deja de haber elecciones reales, 

debemos hablar de dictadura, no de populismo».

Federico Finchelstein.

Como si tratara de seguir a pie juntillas el libreto de los populismos modernos, estas semanas, el gobierno de López Obrador nos brindó lecciones aceleradas acerca de cómo talar y desbaratar un orden democrático, el orden con el cual, él mismo ha llegado a gobernar este país. Le parece poco. 

Recordemos que días antes, el presidente había montado una cuidadosa intimidación contra el juez que declaró suspendidos los efectos de la Ley de la Industria Eléctrica, pidiendo al Poder Judicial (en carta formal) “una investigación” en la que sugería la inhabilitación del magistrado.

Pero las cosas subieron de tono cuando, en otro terreno, el Instituto Nacional Electoral emitió un acuerdo que clarifica la forma en que asignará a los diputados de representación proporcional para evitar el abusivo “tráfico de diputados” y la consiguiente sobrerrepresentación prohibida enfáticamente por la Constitución. Y la cuerda acabó por desenredarse una vez que varias decenas de candidatos de Morena -entre ellos los candidatos a Gobernador para Guerrero y para Michoacán- no pudieron ser registrados como tales, porque olvidaron el trámite de informar a las autoridades, cuanto dinero habían gastado en precampañas. 

Concentrémonos en este punto y veamos los pasos que amenazan dar. El viernes pasado, en un acto multitudinario, el señor Félix Salgado Macedonio, el candidato caído de Guerrero dijo con sus letras: “Si el INE, si el TRIFE, van a decir que yo no seré el candidato, entonces Morena se queda sin candidato a gobernador y ¿qué pasa? Entonces el mensaje que nos están mandando es que el 6 de junio no va a haber elecciones en Guerrero el seis de junio… y luego -aquí está el Presidente de la Junta de Coordinación Política- van a nombrar un gobernador interino quien va a convocar a nueva elección y en esa, de todos modos, voy a ser el Gobernador de Guerrero”.

Aquí estamos ya en otra cosa. Algo que lleva al populismo gobernante hacia una dimensión más allá de la fanfarronería, una dimensión que se vuelve como una fuerza de choque, un poder de facto capaz de conculcar los derechos políticos de toda la ciudadanía en el estado. 

La contrademocracia sin pudor inicia así: 1) con la actitud inverosímil de incumplir la regla elemental de presentar informe de lo que gasta en precampaña. Simplemente no se tomó la molestia de mandar un correo electrónico; 2) después, cuando la autoridad electoral toma cartas en el asunto -porque así lo dice la ley- el señor Salgado Macedonio es capaz de mentir con descaro, a tal grado que niega que sea él, ese personaje que aparece en múltiples spots; 3) acto seguido protagoniza un acto de proselitismo para amenazar y trazar una estrategia de quiebra constitucional. Si el no aparece en la boleta electoral, no habrá comicios. 

A esa mezcla se añade la impronta presidencial, que se lanza contra el INE al que acusa de poder conservador, apoyando primero a los suyos -a sus candidatos- antes que a la Constitución y la ley. Acto seguido, el Presidente del Partido Morena convoca al Congreso, a los medios, a los militantes, a las calles, a las redes, a una cruzada contra ¡el Instituto que organiza las elecciones! Y el magnate aliado, dueño de TV Azteca, la segunda televisión privada más importante, aprovecha para sentenciar: “El INE debe morir pronto”.   

Se abre así una crisis como las que Ece Temelkuran dibuja en su libro advertencia de los autoritarismos: “Trastoca la lógica y atenta contra el lenguaje… Elimina la vergüenza, sitúate en el mundo de la posverdad… y desmantela los mecanismos judiciales y políticos”. Eso es  lo que ocurrió en estas semanas de marzo 

Lo que estamos viendo no es extraño, o es excepcional, sino al contrario, una pauta vivida en Turquía, en Egipto, en Hungría, en Brasil, una estrategia de dominio que se mueve peligrosamente erosionando procedimientos, leyes, instituciones, para luego quebrar piezas completas de la vida democrática.

Marzo de 2021 es el mes del medio millón de muertos por la pandemia en México, pero también el mes de la aceleración del populismo, con más y más arbitrariedad, descaro y autoritarismo.