La reforma energética no ha comenzado.
Karla Garduño Morán
Reforma, Enfoque. 09/11/2008
A pesar de respaldar la reforma petrolera aprobada por el Congreso, Cordera advierte que existe una agenda pendiente en el sector.
Ciudad de México (3 de noviembre del 2008).- La reforma de Pemex no ha terminado y la reforma energética no ha empezado, sentencia Rolando Cordera, vocero de los asesores del Frente Amplio Progresista, quien a pesar de apoyar los siete dictámenes aprobados por la Cámara de Diputados el martes 28 de octubre, considera que no se ha avanzado en la constitución de un verdadero sector energético.
El gobierno federal y los legisladores todavía tienen que trabajar para integrar la política energética en un mismo sentido y atender el tema de las fuentes alternas de energía, señala el economista.
«Todos sabemos que si bien no hay una fecha fatal, sí hay un periodo más o menos fatal en el que tanto por los compromisos en materia de cambio climático como por el progresivo agotamiento del recurso no renovable que se llama petróleo, nos va a poner en perspectiva de cambios muy fuertes en cuanto a nuestra cultura industrial y cotidiana. Existe todo un tramo de estudio, de reflexión y de discusión de trabajo legislativo que apenas visualizamos, que sí está planteado, pero hay que sistematizarlo y convertirlo en un ejercicio profesional y político permanente», dice Cordera, investigador de la UNAM.
¿Le parece que le faltan 12 palabras en el artículo 60 de la Ley de Petróleos Mexicanos?
Nosotros éramos partidarios de que esa prohibición fuera explícita y no hubo acuerdo, pero el hecho de que no se haya incorporado no quiere decir que el gobierno o Pemex tengan carta blanca para hacerlo.
Ahí hay una discusión de derecho público. Hasta donde entiendo, a diferencia de lo que pasa con los ciudadanos, para quienes lo que no está prohibido está permitido, para el estado lo único que está permitido es lo que está establecido en la Ley. Se puede dar lugar a un conflicto de interpretaciones, pero en el momento en que eso sucediera tendríamos bases legales fuertes para salir al paso de una hipótesis de esa naturaleza, pero no está planteado. No creo que un párrafo como ese fuera dañino o nocivo a la reforma, reforzaría la perspectiva de industria nacional estatal plenamente integrada, pero el hecho de que no esté no vulnera en lo esencial la reforma.
¿Le parece entonces que se conjura cualquier posibilidad de privatización?
Cualquier posibilidad no, porque el ingenio no tiene límites y hay intereses mexicanos y extranjeros convencidos de que lo mejor que le puede pasar a la industria petrolera es que se abra, que se asocie, que deje de ser una industria estatal encargada exclusivamente de la exploración y la explotación. Ellos seguirán pujando por eso y buscarán resquicios; y habrá funcionarios que, también convencidos de esto o simplemente interesados, busquen resquicios o tuerzan los mandatos de ley. No creo que se pueda conjurar con las leyes más perfectas que prevean todo, porque sería algo desproporcionado. Lo que se requiere es de una auténtica vigilancia y un ejercicio sistemático de observación de lo que está pasando ahí, y de mucha transparencia.
¿Cuál es su balance final de la reforma?
Desde el punto de vista político me parece positivo. Después de los primeros desencuentros por la abrupta presentación de la iniciativa de Calderón y de la reacción de movilización social que propició, entramos en una fase poco acostumbrada por la política mexicana, que es la de montar un debate en forma en el que participe gente con diferentes posiciones, eso me parece un signo alentador.
Hubiera dejado de serlo si se hubiera procedido a la elaboración de un dictamen en el sigilo de las comisiones, pero no ocurrió tampoco. Se logró abrir un periodo de espera en el cual el Frente Amplio Progresista y el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo convocaron a un grupo plural que se abocó a elaborar una propuesta. De ahí surgió un periodo en el que las comisiones trabajaron y se pudo llegar a una serie de acuerdos.
En lo que se refiere a la reforma, las vías más claras y tajantes que nos llevaron a sostener que se estaba proponiendo una privatización, aunque fuera parcial, se cerraron. Se definió adecuadamente el régimen de contratos, se cerró paso a la idea de hacer refinerías de propiedad privada, se evitó esa extraña figura de filiales y se avanzó en la conformación del consejo de administración, aunque no se logró reducir ni revisar la manera como participan los trabajadores en el consejo.
Además, se establece un mandato al consejo de administración para que en un año presente un proyecto de reorganización de la industria, lo que puede ser muy importante, porque podría dar la posibilidad de avanzar en una propuesta nuestra que consideramos que no fue acogida, que es la de reconformar a Pemex como una industria nacional plenamente integrada.
¿A quién se le debe que se haya logrado un diálogo?
La reacción convertida en movilización social y política, que fue de entrada muy satanizada y denostada, demostró que puede ser un factor productivo y constructivo en todo proceso político, pero sobre todo en un proceso que atiende a reformas en lo fundamental. La movilización fue muy importante para plantear el tema de la necesidad y la conveniencia de un debate abierto. Luego, con rapidez, los órganos directivos del Senado en particular, y algunos miembros de los grupos parlamentarios, reaccionaron con mucha sensibilidad y contrapropusieron el debate. Hubo un encuentro muy afortunado entre movilización social, reclamo político y sensibilidad de los legisladores.
El Plan de Acción Inmediata que usted había destacado que era importante que se tomara en cuenta finalmente no se atendió. ¿Es grave?
De alguna manera las acciones del gobierno en materia de refinerías, de modificaciones a la Ley de Derechos, van en esa dirección, pero formalmente hablando esta idea de un plan de acción inmediata no fue recibida, no fue procesada, entre otras cosas, por la misma práctica parlamentaria. Sigo pensando que hubiera sido muy sano que nos diéramos un tiempo para estudiar a fondo la industria. De todas maneras lo logrado permite, a partir de la idea del Consejo Nacional de Energía y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, insistir en que el asunto no está resuelto ni concluido, que la industria es muy compleja, que se va a volver más compleja y que tendría que abrirse un periodo de estudio a fondo de la industria.
Además esto sería una buena continuación del debate. El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo podría tener un papel muy importante como el observador activo, participante e insistente, tanto en la necesidad de que se trabaje en esta dirección, como en la necesidad de que el plan de energía sea el resultado de un verdadero ejercicio participativo que tampoco hemos tenido en México.
Cuando la Sener presentó su diagnóstico se dijo que Pemex estaba muy mal por la baja de reservas y la importación de gasolinas, ¿con la reforma como quedó, se resuelve esto?
El primer punto se tiene que ir resolviendo ya: explorar donde se tienen ciertas certezas de que hay petróleo y que no es tan difícil y riesgoso como podría ser en aguas profundas; si la hipótesis resulta cierta, podríamos ir revirtiendo la tendencia a la baja de las reservas probadas, y si esto es así, podremos prepararnos para ir a aguas profundas.
En lo segundo, es muy curioso que el gobierno haya dicho que el problema es la falta de refinerías, cuando han sido los gobiernos los que han decidido no hacer refinerías. Este gobierno se comprometió con la idea de que no había recursos para hacer refinerías y ya se autocriticó, porque mandó a hacer una refinería, porque además las refinerías tardan en hacerse, el gasto se da en el tiempo.
Lo que nos lleva a que todo esto no debe hacernos olvidar que en el corazón de las tinieblas está el tema fiscal; si no resolvemos el tema del financiamiento del estado mexicano, todas estas ideas y anhelos con respecto a Pemex se nos van a ir cayendo, porque no va a haber dinero. Si no se afronta el hoyo fiscal mexicano que nos hace impresentables en la liga de países en desarrollo, no vamos a poder avanzar y nos vamos a quedar en unos desequilibrios inimaginables si le metemos al panorama lo que puede traer la crisis mundial.
Ojalá se pueda retomar el tema fiscal y se convierta en parte de la conciencia nacional; así como lo logró hacer el petróleo, habría que insistir en que el tema fiscal es el que intoxica toda la discusión política en México.
Reforma aprobada.
fuente: http://www.senado.gob.mx/gace.php?sesion=2008/10/23/1
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