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El debate público

Lorenzo Córdova en San Lázaro

Raúl Trejo Delarbre

La Crónica

08/11/2021

Los diputados de Morena convocaron al presidente del INE para exhibirlo. Pero fueron esos legisladores, junto con los del PT, los que resultaron evidenciados en su intolerancia y ordinariez.

La comparecencia de Lorenzo Córdova Vianello mostró los dos extremos que acotan hoy a la política mexicana. El presidente del INE presentó razones y hechos. Sin embargo a los legisladores de Morena y el Partido del Trabajo no les interesaba el diálogo sino la descalificación y la provocación.

Con los bárbaros y fanáticos es imposible dialogar. A los argumentos, los rechazan con agresiones y mentiras. El viernes 5 de noviembre la gritería y las tonterías de los intolerantes en San Lázaro dieron la nota en muchos medios de comunicación. Pero junto a ellos hubo diputados conocedores de los asuntos electorales, otros que manifestaron posiciones críticas con sustento y respeto, algunos más reivindicaron la importancia del INE y su autonomía constitucional. Hubo legisladores del PAN y el PRD que ofrecieron elementos para dialogar sobre las acciones de la autoridad electoral, el PVEM manifestó discrepancias en un tono de apertura, un diputado de MC se equivocó de sesión y aprovechó para golpear a Morena, el PRI eligió un perfil penosamente bajo y de escasa relevancia.

Óscar Cantón Zetina, hoy en Morena, ha transitado de un partido a otro y ha desplegado sus ambiciones e intereses en variadas posiciones políticas. Cuando se negó a saludar al presidente del INE dijo la que, muy posiblemente, será la frase de toda su zigzagueante carrera política por la que será recordado: “No me toques, ¿quién te crees, igualado?”. La negativa al reconocimiento de los interlocutores y por lo tanto a la deliberación y, desde luego, la patanería como expresión de ineptitud política, quedaron resumidas en esa exclamación.

La apuesta de Morena para denostar y arrinconar al presidente del INE, resultó fallida. Córdova resistió las invectivas y replicó a ellas con elegancia e inteligencia. A pesar del ambiente ríspido que creaban los diputados pendencieros y el alboroto que les hacía coro, las explicaciones del presidente del INE fueron una saludable demostración de pedagogía política. Qué lamentable la gritería, sobre todo de diputadas de Morena, que confirman que la paridad de género no es garantía de civilidad política.

Córdova fue convocado para explicar la solicitud presupuestaria del INE para el próximo año pero ese asunto quedó desplazado entre las ofensas de los cavernarios y los variados temas que plantearon otros diputados. El Instituto Nacional Electoral requiere 24 mil 649 millones de pesos en 2022. De ellos, 5 mil 822 mdp son para financiamiento a los partidos; esa cantidad resulta de parámetros que establece la ley y no la decide la autoridad electoral. Otros 5 mil 743 mdp serían para organizar la posible consulta popular y la consulta sobre revocación del mandato presidencial que podrían realizarse el año próximo. El resto, 13 mil 84 mdp, son para gastos institucionales del INE; de ellos, 3 mil 719 se dedicarían a la expedición de credenciales de elector y la actualización del padrón. Hay que recordar que en 2022 habrá seis elecciones locales, en las que se renovarán otras tantas gubernaturas.

Como era previsible, porque con ese tema han mantenido una campaña sustentada en falsedades y equívocos, los legisladores de Morena y el PT le reclamaron al presidente del INE por los salarios de los consejeros electorales. Córdova recordó que han sido los propios legisladores quienes decidieron que esos emolumentos deben mantenerse. La Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos establece, en su artículo 9, que a ningún servidor público se le puede pagar más que al presidente de la República. Pero el artículo Segundo Transitorio de esa misma ley exceptúa de esa disposición a quienes ya se encontraban en funciones como servidores públicos, entre ellos los funcionarios de organismos autónomos. El mismo Córdova explicó que, en todo caso, ese asunto está sujeto a un litigio que debe resolver la Suprema Corte.

El diferendo en torno al INE no es por dinero, sino contra la independencia de ese organismo. El gobierno y el partido oficial no toleran que haya una autoridad electoral que no se les subordina. Cuando intentaron descalificar a Córdova, querían desquitarse de las decisiones plenamente legales que ha tomado el INE y que les han perjudicado. Arremeter contra el árbitro porque aplica las reglas es una conducta de quienes no son demócratas. En este caso se trata, además, de una actitud infantil y zafia pero que puede alcanzar consecuencias muy graves. La defensa del INE y su autonomía sigue siendo prioridad de nuestra democracia.

En el paso por San Lázaro, por lo pronto, la integridad del INE y la capacidad de su consejero presidente quedaron claramente acreditadas. Hay quienes incluso, debido al éxito que tuvo en la Cámara de Diputados, han sugerido que Lorenzo Córdova podría tener una ulterior carrera política. Él ha dicho que después de cumplir con su responsabilidad en el INE volverá a su cubículo en Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Pero además sus nueve años como consejero presidente terminan en abril de 2023 y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su artículo 100, indica que durante dos años después de terminar su encargo los consejeros no pueden ser postulados a una responsabilidad de elección popular. Así que no quiere, pero además no puede. Esa disposición afianza la independencia de la autoridad electoral.