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El debate público

Reordenar para entender

María Marván Laborde

Excélsior

24/09/2015

Nuestra Constitución ha evolucionado mucho desde 1917 hasta la fecha. En teoría tenemos una Constitución rígida, los requisitos que se deben cumplir para introducirle modificaciones deberían proteger su estabilidad. No obstante lo anterior, ha evolucionado con el tiempo y ha sufrido transformaciones tan importantes que se hace difícil reconocer el texto original en lo que hoy tenemos.

Siendo presidente Álvaro Obregón, en 1921 se introdujo la primera reforma. De entonces a la fecha no ha habido periodo presidencial en el que no se hayan aprobado modificaciones. Fue durante el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) cuando menos reformas se hicieron, sólo dos,  en contraste, durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) se introdujeron 110 cambios.

Transformaciones políticas, nuevos proyectos económicos y sociales han sido proyectados y reflejados a través de las mutaciones constantes. A veces se ha cambiado nuestra ley fundamental para transformar la realidad y en ocasiones sólo para adaptarla a lo que en los hechos estaba sucediendo.

Desde 1921 hasta 2014 se introdujeron 618 cambios. Hay que agregar las cinco últimas reformas hechas entre mayo y julio de este año. El texto original nació con aproximadamente 22 mil palabras y actualmente cuenta con más de 63 mil.

Un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, encabezado por Diego Valadés y Héctor Fix Fierro, ha hecho un estudio académico en el que reordena y consolida el texto constitucional y nos ofrece una nueva redacción que, respetando los contenidos, elimina vicios de redacción, repeticiones e inconsistencias. Nos proponen introducir en nuestro cuerpo jurídico una Ley de Desarrollo Constitucional en la que, como su nombre sugiere, se desarrollen las muchísimas disposiciones reglamentarias que actualmente hemos ido incorporando a la Constitución.

En términos estrictamente técnicos, la ciencia jurídica llama a esto refundir la Constitución. Considero afortunado que los autores se hayan inclinado por proponer el título: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: Texto reordenado y consolidado. Dada la doble definición del término refundir, lo peor que nos podría pasar, sería que la refundiéramos en el baúl de los cachivaches. El propósito de su trabajo es justamente el contrario, se pretende presentar un texto más entendible y cercano que nos permita identificarnos en él.

Más allá de que discutamos el nuevo texto y en algún momento nos pudiésemos decidir por adoptarlo o no, la propuesta es ya un magnífico ejercicio pedagógico. El “nuevo” texto gana en claridad y refleja de manera más transparente nuestros derechos humanos, nuestras obligaciones ciudadanas y la estructura de poder de las instituciones básicas del Estado. Al mismo tiempo es fiel a lo que ha aprobado el constituyente permanente.

En el diagnóstico analítico que el estudio propone se reconoce la mala técnica jurídica que ha hecho de la Constitución un documento farragoso de difícil lectura y comprensión. Hay disposiciones duplicadas, está desordenado, carece de sistematicidad, la ubicación de algunas de sus disposiciones es inexplicable.

Para todos estos males nos proponen remedios, vale decir que en muchos casos simplemente se ha introducido una coma, eliminado alguna palabra o reordenado una frase usando una estructura gramatical más directa. Impresionante cómo estos pequeños cambios facilitan enormemente su comprensión.

Considero un gran mérito del trabajo que no hay una postura fundamentalista que condene los cambios de un texto que debería ser cuasi sagrado. Simplemente se reconoce que la Constitución es un texto vivo y ha cambiado en la medida en que México se ha transformado a lo largo de un siglo. Tristemente las negociaciones políticas o las prisas han atropellado desde la gramática hasta la técnica jurídica. Sus principales transformaciones reflejan un nuevo pacto social, hay innovaciones e instituciones a las que no querríamos renunciar, pero que podemos poner de mejor manera. El trabajo se puede consultar en internet: http://www2.juridicas.unam.mx/constitucion-reordenada-consolidada// ¡Vale la pena revisarlo!