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El debate público

¿Sorpresas electorales?

 

María Marván Laborde

Excélsior

10/12/2015

El panorama electoral mexicano ha sido trastocado en 2015 de manera profunda y no necesariamente, al menos no exclusivamente, como producto de la aplicación de la última Reforma Electoral.

Al recordar el 2015 en el ámbito electoral, la primera palabra que vendrá a nuestra mente será: independientes. Dos sorpresas para los partidos, que son al mismo tiempo los hacedores de las leyes; primera: se dieron cuenta de que todas las barreras impuestas para detener sus posibilidades de llegar no fueron suficientes. Segunda: a pesar de ello, triunfaron algunos. Ganaron como independientes al menos un gobernador, un diputado federal, un diputado local y un presidente municipal.

La reacción de los partidos en los estados resultó todo menos una sorpresa. Se apresuraron a incrementar candados y dificultades para el registro de los candidatos sin instituto político porque representan una amenaza real al sistema de partidos.

Los partidos deben haber quedado atónitos por la fragmentación de las preferencias ciudadanas. En 2000 teníamos tres partidos grandes que lograban ganar para sí el 90% de los votos y en 2015 apenas alcanzaron 60 por ciento. Difícil saber a quién causaron más extrañeza los resultados electorales, si al PRI, al PAN o al PRD, cuando vieron sus innegables pérdidas, a pesar de que sus declaraciones estuvieron cargadas de un vacuo triunfalismo falto de convicción, o a quienes miraron con asombro su inesperada fuerza obtenida en las urnas. Movimiento Ciudadano y Morena, de un golpe de mano, dejaron de ser pequeños y se convirtieron en partidos medianos.

No podemos decir que a alguien tomó por sorpresa el cinismo del Partido Verde para romper, una y otra vez, la legalidad. Burlar el modelo de comunicación política se ha vuelto sello de la casa; sin embargo, a más de uno sí tomó desprevenido su habilidad para combinar viejas formas de fraude que pensábamos desterradas, tales como las casillas zapato, donde vota más de 90% de los empadronados y casi todos ellos por el Verde, con el continuo —que no reiterado y sistemático— transgredir la ley con modalidades mucho más modernas como es la distribución de dinero y prebendas vía tarjetas Premia Platino o lentes o mochilas o kits escolares, etcétera.

Sorprendió la firmeza y determinación del fiscal Santiago Nieto y la defensa, primero del Verde y después del PRI. No obstante las seis primeras planas en un diario de circulación nacional, ni sus correligionarios más cercanos se han atrevido a hacer un esfuerzo por defender la inocencia del señor Arturo Escobar. La defensa del partido y la suya propia se han centrado en desacreditar al fiscal y no su trabajo. Nadie justifica la actuación de Escobar. No sorprende la decisión formalista de la juez.

Preguntas: ¿habrá un solo consejero electoral que no haya asesorado al menos a un partido político? ¿La asesoría técnica en materia legal o constitucional convierte a un experto en militante?

Dentro de las novedades del año, también está la decisión de salvar a toda costa el registro del PT. El Tribunal Electoral releyó la ley y donde decía que para el umbral del 3% de la votación deberían tomarse en cuenta los resultados de la elección ordinaria, declaró la inconstitucionalidad de la palabra que restringía a la elección “ordinaria”, con ello obligó a incluir los votos de la elección extraordinaria de Aguascalientes. El resultado lo sabemos, los partidos, no sólo los de izquierda, seacuerparon a su alrededor en una misión al estilo Salvemos a Willy, y resucitaron al animal. Más de un partido se quedó con una factura por cobrar para las alianzas electorales de 2016 (12 gubernaturas) y, sobre todo, de 2018. Ya crecerán los intereses.

Tanto el caso del PVEM como el del PT deberían obligar a una revisión de las normas electorales, especialmente aquellas que ponen tantos candados a las reglas de entrada y salida de los partidos políticos. Concuerdo con Diego Valadés cuando afirma que “la función del derecho no es imponer limitaciones sino encauzar las acciones políticas de manera razonable y ordenada” (Reforma8/12/15) y añado: especialmente si las limitaciones son inutilizables.